La Capilla: un singular humedal de la Región de O’Higgins

Humedales de La Capilla - Matías Tobar

El poco conocido y diverso humedal “La Capilla” se encuentra ubicado en la comuna de Malloa, a aproximadamente una hora y media al sur de Santiago.

En este lugar, recientemente se registró la presencia de cinco individuos de  becacina pintada (Nycticryphes semicollaris), por parte de Daniel Martínez. Este excepcional registro es muy importante debido a lo escasa que se ha vuelto la especie en Chile en los últimos años y a sus específicos requerimientos de hábitat.

Cabe recordar que la becacina pintada es una especie clasificada <En Peligro> en Chile por el Reglamento de Clasificación de Especies del Ministerio del Medio Ambiente (RCE) y en los últimos años existen muy pocos registros en el país, encontrándose únicamente individuos solitarios. Por lo que el registro de cinco ejemplares en este humedal brinda esperanza de que aún exista alguna pequeña población estable.

El humedal constituye un sitio adecuado para la becacina pintada, ya que presenta a el ambiente ideal que la especie necesita para desenvolverse. Es decir, terrenos anegados con presencia de pastizal, junco o pajonal, que le proveen sitios de alimentación, refugio y reproducción. Este tipo de ambiente está presente en prácticamente todo el contorno del cuerpo de agua oeste.

“La Capilla” en si mismo es un bello y singular ecosistema emplazado a los pies de un pequeño cordón montañoso que une las cordilleras de la Costa y de Los Andes, hecho que permitió el avistamiento de un grupo de 6 cóndores, entre machos, hembras y juveniles. Este cordón está cubierto, aunque en estado regular, por matorrales y parches de bosque esclerófilo, que permiten la presencia de distintas especies tales como chirihue (Sicalis luteola), loica (Leystes loica), canastero (Pseudasthenes humícola), entre otras.

El sector se divide en dos principales cuerpos de agua separados por un camino rural, uno al este y otro al oeste. El humedal del lado este del camino presenta un deterioro más evidente y gran parte se encuentra deforestado y rellenado, lo que se observa provocado por el avance de la agricultura, cuyas labores productivas limitan con este ecosistema. El sector del lado oeste, por otro lado, denota un aparente mejor estado de conservación, aunque igualmente se ve amenazado por la agricultura de la zona. A pesar de ello, se presenta como un humedal diverso en términos de aves acuáticas, albergando una considerable cantidad de patos de distintas especies como son: cuchara (Spatula platalea), jergón grande (Anas geórgica), jergón chico (Anas flavirostris), real (Mareca sibilatrix), colorado (Spatula cyanoptera) y algunos menos abundantes como el pato capuchino (Spatula versicolor), rinconero (Heteronetta atricapilla), e incluso juarjual (Lophonetta specularioides). La diversidad también se extiende a otras aves acuáticas como zambullidores, taguas, y garzas, este último grupo incluso representado por el esquivo huairavillo (Ixobrychus involucris).

Otros tipos de aves asociadas a este tipo de ambientes también están presentes, como el bailarín chico (Anthus correndera), siete colores (Tachuris rubrigastra) y chercán de las vegas (Cistothorus platensis), siendo esta última un ave menos habitual en el valle central de la Región de O’Higgins.

Tras la visita de Daniel, se ralizó un gran esfuerzo de búsqueda de becacina pintada, recorriendo y observando atentamente los ambientes adecuados en ambos cuerpos de agua, sin embargo no se logró observar ningún individuo. No obstante, las características de estos humedales y la presencia de varios ejemplares de becacina común (Gallinago paraguaiae) son un buen indicio de que esta especie en peligro de extinción puede estar en el lugar.

El número de individuos (5) observados por Daniel Martínez es la mayor cantidad de ejemplares registrados desde el 2006, año en que se observaron 15 becacinas pintadas reunidas en el antiguo humedal de Puente Negro, en la comuna de Lampa. El registro de Daniel es además el registro más alto para la especie en la Región de O’Higgins.

Los humedales de La Capilla podrían estar conformándose como uno de los últimos refugios de la becacina pintada en la zona central de Chile, por lo que conocerlos y valorarlos es el primer paso para fomentar su conservación. Estos humedales muestran la belleza y diversidad de formas de vida que albergaban en antaño los humedales de la Región Metropolitana, que lamentablemente en pocos años han sido severamente intervenidos y conducidos a su desaparición.

No permitamos que eso siga ocurriendo.