El día estuvo soleado, por lo que nuestra caminata ascendente fue agradable y llena de aves. No tuvimos que caminar mucho para encontrarnos con los clásicos visitantes invernales en esta zona del país, como lo son la viudita y el picaflor chico, que se alimentaban en un grupo de aloes y se peleaban entre ellos.
Un grupo de tordos nos fue acompañando en el camino, mientras se alimentaban entre los árboles y conversaban con sus vocalizaciones. Algo que a veces podría olvidarse es que cuando uno observa aves, las aves a su vez nos observan a nosotros, por lo que es importante mantener la distancia y no hacer nada de forma brusca, ya que para ellas somos una amenaza, aunque muchas aves de la ciudad no parecen desconfiar tanto.
Más arriba pudimos ver un par de peucos volando y posándose en medio del follaje de los árboles, esperando pasar inadvertidos, mientras algunos tiuques sobrevolaban. Otros pájaros como el diucón y la loica nos alegraron con su aparición. Cuando nos alejamos de la zona más transitada, el silencio nos llevó a escuchar un suave martilleo en un árbol, nos tomó bastante poder divisar al carpinterito que los emitía, era una hembra en un álamo.
La salida finalizó con un total de 18 especies, ¡nada mal para una lista invernal en Santiago! Aquí se puede ver el reporte de viaje con las 3 listas que hicimos: https://ebird.org/chile/tripreport/148182
Agradecemos la participación y los dejamos invitados a seguir acompañándonos en las próximas salidas ROC. ¡Hasta la próxima!
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