En Illapel, el conteo de aves urbanas tuvo la participación de un heterogéneo grupo de participantes, conformado por niños, jóvenes y adultos. Fue una fantástica oportunidad para sumar más miembros a la bandada. El recorrido inició puntualmente a las 10:00 de la mañana en la principal plaza de la ciudad, siendo inauguradas las observaciones por un peuco (Parabuteo unicinctus); ave rapaz común de observar en los cielos urbanos de Illapel, en búsqueda de palomas domésticas (Columba livia). Seguidamente, la observación se centró en caracterizar colores y conducta de la paloma de alas blancas (Zenaida meloda), cuestión que se vio ampliada por la presencia de un volantón de la especie que apareció súbitamente frente a los ojos de observadores y observadoras.
Mientras se realizaba el recorrido, un picaflor gigante (Patagona gigas) se hacía notar con su estridente vocalización, pero su velocidad no dejaba verlo con detenimiento, cuestión que más adelante cambiaría. Por mientras, los y las participantes concentraron sus miradas en los varios ejemplares de zorzal (Turdus falcklandii) y fío-fío (Elaenia albiceps), este último absoluto dominador del paisaje acústico de la plaza. La infaltable diuca (Diuca diuca), no quiso estar ausente, permitiendo ampliar la experiencia de contemplación. En total, esta primera parada permitió observar 8 especies, las cuales fueron documentadas en eBird https://ebird.org/checklist/S126781694
Un segundo momento de esta salida, se vivió en uno de los murales de la casa de la Cultura de Illapel, el cual dentro de su diseño incluye 8 aves representativas de las serranías de la zona. Aquí los asistentes pudieron rememorar sus experiencias, practicar el concepto de marca de campo y utilizar sus guías, para no solo identificar las especies retratadas, sino también interpretar la obra de los artistas locales.
Posteriormente, se visitaron otras áreas verdes como una plazuela en el lado poniente de la ciudad, en donde se observaron 6 especies (https://ebird.org/checklist/S126781681) incluidas la tenca (Mimus thenca) y la golondrina Chilena (Tachycineta leucopyga). Finalmente, el recorrido culminó en el borde de un canal de regadío, en el cual fueron registradas 5 tipos de aves (https://ebird.org/checklist/S126781662). En este último punto, además de atestiguar como el desarrollo urbano no respeta a la flora nativa, un nuevo picaflor gigante se dejó ver y fotografiar. Esto regaló postales a los asistentes con detalles acabados del fantástico aspecto del picaflor más grande del planeta, dando un broche de oro a la jornada.
A su vez, en Puerto Varas una leve llovizna nos recibió en el muelle de la ciudad. Luego de una breve presentación, iniciamos nuestro pajareo, hablando del problema que significan los patos de collar (Anas platyrhynchos) que llevan a lo menos 3 años reproduciéndose en torno a las estructuras del muelle, los cuales son alimentados como atracción turística. En esta oportunidad habían 5 pequeños patitos e incluso 2 individuos más grandes, probablemente producto de alguna hibridación. Hablamos también de las diferencias de las especies de tagua, a partir de varias taguas comunes (Fulica armillata) que se acicalaban en la orilla de la playa. La lista de las especies observadas fue la siguiente: https://ebird.org/checklist/S126539998.
Luego caminamos hacia la Puntilla de Puerto Varas y también a la orilla del lago, la cual concentra una serie de jardines de casas y área de muelles, donde se posan aves marinas a descansar, tales como yecos (Nannopterum brasilianum) y gaviotas cáhuil (Chroicocephalus maculipennis). Hablamos de las experiencias fotografiando diferentes aves, como la última expedición de @isaenchiloe con sus amigos, en la que un halcón peregrino fue protagonista, o la dificultad de fotografiar un colilarga, dado el hábitat de soto-bosque denso donde se mueve. Terminamos este tramo con 15 especies distintas https://ebird.org/chile/checklist/S126539953.
Continuamos nuestro recorrido hacia el parque Philippi, pero decidimos caminar por la línea del tren. 15 especies nos acompañaron en nuestra ruta, donde nos centramos principalmente en la identificación de vocalizaciones. Un churrín del sur (Scytalopus magellanicus) nos confundió con su llamado, un cachudito (Anairetes parulus) avisó su presencia con sus intensos cantos y un colilarga (Sylviorthorhynchus desmursii), se las arregló para no salir en la foto. Finalmente posó un zorzal (Turdus falcklandii) y un fío-fío (Elaenia albiceps) para premiar la ruta https://ebird.org/checklist/S126539916.
El último punto de nuestro recorrido fue el Parque Estación Puerto Varas. Hablamos de las sorpresas que puede esconder el sitio en invierno, como peuquitos (Accipiter bicolor) que buscan palomas en pleno invierno y la importancia que tienen las áreas urbanas en los ciclos de vida de muchas aves. Pablo e Isa, que estaban en su luna de miel, comentaron que, en su ciudad natal de Concepción, hay una serie de parques urbanos con gran biodiversidad. Comentamos la importancia de mantener registros y visitas frecuentes, para saber las dinámicas de las aves en nuestras áreas urbanas. En medio de esta conversación escuchamos el canto de un chirihue azafrán (Sicalis flaveola) que buscamos por todos los árboles de la estación, hasta dar con el individuo. Para nuestra sorpresa ¡era una hembra vocalizando! La lista con las otras 9 especies y la multimedia del momento aquí https://ebird.org/checklist/S126539870.
Por su parte, en Santiago la jornada de conteo de aves urbanas coincidió con el desarrollo de nuestra salida mensual de iniciación a la observación de aves. En esta ocasión, un numeroso grupo de asistentes (26 personas), la mayoría de ellas y ellos haciendo sus primeros vuelos en el pajareo, pudieron contribuir al registro de las especies de aves que habitan la ciudad, en un recorrido por los senderos del Cerro San Cristóbal (Parque Metropolitano).
Las observaciones comenzaron con un ascenso por el sector de Pedro de Valdivia norte, en el cual pudimos observar las conductas y marcas de campo de aves como las tórtolas (Zenaida auriculata) y los zorzales (Turdus falcklandii), de los cuales se observó una pareja emitiendo vocalizaciones de alarma, lo que podría evidenciar la presencia de depredadores. Siguiendo con el recorrido, una de las asistentes, Constanza, señaló la presencia de una pequeña ave rapaz perchada en la copa de un árbol; se trataba de un cernícalo (Falco sparverius) macho, al que pronto se unió una hembra.
No fue demasiado lo que tuvimos que recorrer para asombrarnos con el sobrevuelo de un grupo de tres aguiluchos (Buteo polyosoma), gracias a los cuales pudimos discutir sobre las dinámicas sociales en las aves rapaces. Esto complementado con la aparición de otras especies de aves rapaces, como un peuco (Parabuteo unicinctus) y varios tiuques (Daptrius chimango).
Finalmente, alcanzamos el Jardín Mapulemu, donde las protagonistas fueron distintas especies de paseriformes, las que nos permitieron observar en detalle sus marcas de campo.
En total, pudimos observar 17 especies, repartidas entre distintos sitios de interés del Parque. Estos son los registros de la jornada: https://ebird.org/checklist/S126609583 y https://ebird.org/checklist/S126620901.
Queremos agradecer a cada una de las personas que fueron parte de estas salidas y a todos los voluntarios a lo largo del país, que levantaron datos en sus entornos próximos para este censo que permitió hermanarnos por las aves.
Esperamos este 2023 seguir realizando actividades en el contexto del Programa de Aves Urbanas (PAU) internacional, para lo cual te invitamos a estar atentos y atentas a las redes sociales y sitio web de la ROC.
¡Abrazo de bandada para seguir volando!
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