Nidos artificiales para aves marinas
Los nidos artificiales han sido utilizados como herramienta de uso científico en aves marinas al menos desde la década de 1950, en diversas especies de petreles, fardelas y golondrinas de mar, en una gran cantidad de ambientes y sitios en el mundo.
Los diseños generalmente incluyen aperturas o tapas desmontables, que permiten la visualización y manipulación de las aves, permitiendo así el estudio de su biología reproductiva en un ambiente semicontrolado. Esto ha sido utilizado para la instalación de cámaras, instrumentos de medición de variables como temperatura y humedad, anillos y transmisores satelitales, entre otros.
Los nidos artificiales también pueden ser utilizados como una herramienta para el manejo de poblaciones mediante un incremento de la reproducción, ya sea aumentando la oferta de nidos, el hábitat disponible o como una forma de inducir la reproducción en un área libre de determinadas amenazas.
Experiencia en Chile
Hasta donde sabemos, ningún proyecto de nidos artificiales se ha implementado en Chile con foco en golondrinas de mar. Sin embargo, existen experiencias con otras aves marinas en el país.
Para el pingüino de Humboldt, por ejemplo, se utilizaron nidos plásticos en el islote Pájaro Niño, Algarrobo, y aunque se registraron algunos signos iniciales de ocupación, no se reportó reproducción exitosa. Distinto es el caso del yunco de Humboldt, especie para la cual se logró la re-colonización de la isla Chañaral -parte de la Reserva Nacional Pingüino de Humboldt- mediante una combinación de erradicación de conejos, nidos artificiales de PVC y atracción sonora.
El caso de las golondrinas de mar
La golondrina de mar negra (Hydrobates markhami) es una especie clasificada En Peligro (Decreto Supremo N° 79/2018 del Ministerio del Medio Ambiente MMA), siendo sus principales amenazas la contaminación lumínica y la destrucción de su hábitat reproductivo. Desde 2022, esta especie -junto a las golondrinas de mar de collar, peruana y chica- cuenta con un Plan de recuperación, conservación y gestión (Decreto N° 6/2022 del MMA), que identifica acciones prioritarias para su conservación.
Una de las acciones contenidas en este plan consiste en diseñar medidas eficaces para mitigar o compensar eventuales impactos sobre este grupo de especies, en el entendido de que su conservación requiere acciones que abarcan desde la protección de sitios claves hasta la coexistencia con sistemas productivos.
En ese contexto, el uso de nidos artificiales, surge como una buena alternativa para posibilitar el estudio de aspectos ecológicos con implicaciones en conservación (como la identificación de rutas de vuelo o zonas de alimentación a través de la instalación de dispositivos de seguimiento); y también para el incremento de la reproducción como eventual medida de manejo.
Sin embargo, las condiciones climáticas extremas del desierto de Atacama y la inexistencia de experiencias previas con las especies que allí nidifican, suponen un gran desafío.
El proyecto piloto
Durante 2022, la ROC ejecutó la primera etapa de un proyecto de nidos artificiales para golondrinas de mar, con el objetivo de diseñar modelos que pudieran funcionar adecuadamente en el desierto y un plan específico para su implementación. La iniciativa, que se realiza en conjunto con ENEL, no se asocia a ningún proyecto de generación en particular y ha dispuesto los resultados de su primera etapa, de manera pública, aquí.
En el contexto de la ejecución de la segunda etapa del proyecto, se elaboraron más de 100 nidos artificiales, que fueron instalados entre los meses de febrero y mayo de 2023 (durante los cuales los sitios de reproducción permanecen inactivos) en el área de protección de golondrinas de mar Pampa Chaca.
Hasta la fecha, no se ha registrado ocupación de los nidos, lo que no sorprende puesto que la experiencia internacional muestra que la ocupación inicial es lenta y el éxito aumenta con el paso del tiempo. Para reducir estos tiempos y aumentar la probabilidad de éxito, el proyecto está utilizando medidas de atracción olfativa y sonora.
Nidos artificiales como medida en el SEIA
En los últimos años, el boom de proyectos de generación eólica y solar en el desierto de Atacama, se ha convertido en una amenaza para el hábitat reproductivo de las golondrinas de mar que allí nidifican. Afortunadamente, los sitios de nidificación de estas especies gradualmente han adquirido un mayor nivel de protección en el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA) y ¡en buena hora!, pues los sitios de nidificación son clave para estas especies y deben ser resguardados.
Por otra parte, la protección absoluta de nidos aislados configura un escenario complejo para proyectos que muchas veces contribuyen a la descarbonización de la matriz energética. En casos como éste, los nidos artificiales asoman como una alternativa prometedora, aunque vale la pena repetir: su uso, en ningún caso, puede entenderse como un factor habilitante para la destrucción de sitios importantes de reproducción.
Los límites entre ambos escenarios (donde la misma medida parece adecuada o inadecuada) aún deben establecerse y los servicios públicos con competencias en la evaluación de la componente fauna, como SAG, MMA u otros, deberían tener una participación relevante en esto. En cualquier caso, es probable que no sea posible establecer umbrales fijos sino criterios, cuya aplicación variará en función de la especie, el proyecto y otras particularidades de cada caso.
Otro aspecto relevante es que, antes de proponer la instalación de nidos artificiales como medida de compensación, es necesario contar con información que permita predecir sus resultados. Por eso, vemos con preocupación que proyectos sometidos al SEIA los estén proponiendo actualmente bajo esa figura, cuando aún no existe información básica sobre su efectividad y evolución en el tiempo.
Como la única forma de generar este conocimiento es instalando nidos artificiales, consideramos que es favorable que los proyectos que interactúan con golondrinas de mar desarrollen este tipo de medidas, pero estimamos que en la situación actual esto debe realizarse bajo la figura de compromiso ambiental voluntario (y no como una medida para hacerse cargo de impactos significativos).
Para que el conocimiento que se genere a través de estos proyectos esté disponible de manera efectiva, es fundamental que se evalúe su eficacia de manera estandarizada, se reporten sus resultados -sean éxitos o fracasos- de manera transparente y se incorporen las lecciones aprendidas por otros proyectos.
Los resultados de este proyecto piloto serán publicados de forma periódica, de modo que los interesados puedan acceder a esta información.
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