Por César Piñones, Director ROC y colaborador del Programa de Educación para la Conservación
Como ya es tradición, tras compartir en el stand ROC con lugareñas, lugareños y visitantes de la feria costumbrista, realizamos una salida pajarera, a la cual se sumaron especialmente estudiantes de la escuela básica local de Mincha Norte junto a su profesora Camila Montoya, quienes han estado trabajado desde hace varias semanas en la construcción de una cartografía afectiva, en la que niños y niñas han relevado el cauce del río Choapa como un hito fundamental en sus vidas.
Por este motivo, el recorrido buscó abstraer a las niñas y niños del ruido del poblado y acercarles al disfrute y contemplación del paisaje sonoro de los ambientes riparianos del río Choapa. Tras llegar a un remanso del cauce, se realizaron una serie de actividades para que el grupo se conectara paulatinamente con los movimientos y cantos de las aves, hasta llegar a un sector donde se realizó una estación de escucha de siete minutos.
En dicho momento las voces migratorias de la viudita, el picaflor chico, el diucón y el churrete acanelado, emergieron desde los matorrales ribereños y el dosel de los maitenes. Mientras aves residentes como el tijeral, la paloma de alas blancas, el chercán y el cachudito fueron incorporándose al coro alado. Los niños y niñas se relajaron y poco a poco el tiempo de escucha dio cabida al canto de un atrevido churrín del norte, que para muchos de los presentes resultó una experiencia inédita.
En total, pudimos ver y escuchar 17 especies, las cuales registramos en una lista en eBird, contribuyendo de manera colectiva al conocimiento de las aves de este rincón del semiárido de Chile, en donde dicen descansa la calma; esa que nos inundó y permitió apreciar su patrimonio sonoro. Nos despedimos felices y con la promesa de una próxima salida ROC a las serranías del Choapa.
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