El día estaba amenazantemente gris y la lluvia podía caer en cualquier momento. Parte del “detrás de cámaras” fue que hasta última hora del día anterior, los pronósticos anunciaban lluvia intensa en la madrugada, no debería ser problema, pero al despertar y ver que estaba todo seco y que ahora la lluvia podría caer en la mañana nos hacía poner en duda si podríamos pajarear. “Que sea lo que los queltehues quieran”.
A pesar de la posibilidad de lluvia y que algunos asistentes avisaron que no podrían ir, llegaron 9 valientes asistentes preparados para la que sería nuestra salida más “cuatro estaciones” hasta la fecha.
Las nubes tuvieron bastante compasión con nosotros, pues sólo cayó una llovizna al inicio y luego ni una gota. Las aves aprovechaban esta ventana sin lluvia para alimentarse y seguir con sus vidas. Zorzales y tórtolas forrajeaban en el pasto mientras las gaviotas hacían lo suyo en la ribera del Mapocho: comerse una paloma.
En un pimiento pudimos ver a una pareja de tencas que parecían tener un nido en su tronco, donde una escena de defensa territorial ocurrió cuando una pareja de mirlos llegó a mirar insistentemente el lugar.
También en la ribera del río, algunos asistentes con buen ojo encontraron una pareja de queltehues con dos pollitos que caminaban pausadamente en busca de alimento junto al agua. Más adelante encontramos otra pareja con dos polluelos más.
La salida finalizó con un listado de 14 especies (https://ebird.org/chile/checklist/S119334883), ¡nada mal para lo que pensamos que sería la peor salida a pajarear! Y un recordatorio de que siempre puede ser buen día para salir a observar aves.
¡Nos vemos en la próxima salida de iniciación!
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