La Tortolita quiguagua (Columbina cruziana) es una pequeña paloma nativa de no más de 18 cm de largo. Para Chile, históricamente se le ha observado en oasis, valles cultivados y zonas urbanas ariqueñas, hasta la Región de Tarapacá. Su distribución no es continua a lo largo del Desierto de Atacama, reportándosele de manera reciente (2016) en la ciudad de Antofagasta y en años anteriores en otras áreas de la región homónima. Más al sur, se le reporta en 2005 en la ciudad de Copiapó y actualmente se encuentra en Caldera y otras áreas de dicha cuenca desértica. Los escasos y discontinuos registros en oasis y ciudades del norte grande y chico, puede deberse a los bajos esfuerzos de observación en dichas áreas, su eventual confusión con la Tortolita cuyana (Columbina picui) o a que su presencia ha pasado desapercibida hasta ahora, debido a sus hábitos más bien silenciosos y asociados al dosel de los árboles. Sin embargo, gracias a la masificación del uso de eBird entre los observadores y observadoras de aves, se ha documentado su presencia en nuevas áreas costeras como Taltal (https://ebird.org/checklist/S100811229) y en diferentes localidades al sur del Valle de Copiapó (https://ebird.org/checklist/S98224124).
Adicionalmente, para el valle del río Huasco, reportes recientes tanto en 2020 (https://ebird.org/chile/checklist/S111738742), como en 2022 (https://ebird.org/checklist/S104048956) en Vallenar, junto con el registro en 2016 de un ejemplar en Andacollito (https://ebird.org/checklist/S27763903) en el Valle del Elqui, Región de Coquimbo, insinúan que la especie podría estar presente en otras áreas semiáridas al sur de su rango conocido hasta la fecha. En este sentido, en el Atlas de las Aves Nidificantes de Chile editado por la ROC (https://rocold.nexweb.cl/?p=4452), se sugiere su potencial expansión al sur al menos hasta el valle del Limarí.
Para orientar su búsqueda en zonas costeras y valles áridos, resultaría interesante poner atención en jardines urbanos y áreas desprovistas de pavimento dentro de las ciudades, en dónde se le podría encontrar alimentándose junto a otras aves como gorriones y palomas. También en el cableado urbano cercano a árboles, se debería poner especial atención. Zonas agrícolas, parcelas, huertos y caseríos, también son interesantes áreas de búsqueda. Esta paloma emite una vocalización ronca, repetitiva pero no formando una secuencia, llamando la atención dado que dicha voz ¡es más parecida al croar de una rana! Te invitamos a escucharla aquí (https://xeno-canto.org/498341), lo cual puede ayudar a su identificación en terreno.
Para el desafío ROC #15 te invitamos a:
¡Nos vemos en las serranías y poblados norteños buscando al pájaro rana!, como ha sido descrito por la poesía y lugareños de las tierras áridas.
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