A finales de enero, y de manera paralela a los Censos Costeros de Aves Playeras, se llevó a cabo una nueva Zarapitón en su versión estival. Se trata de un conteo simultáneo de zarapitos en la región de Los Lagos, el cual es desarrollado gracias al apoyo de Manomet, Fundación Conservación Marina, la ROC y decenas de voluntarias y voluntarios que se despliegan a lo largo del territorio continental e insular de la región para abordar los sitios de importancia para la especie y la mayor cantidad de ecosistemas costeros posibles.
Los protagonistas de estos censos son las especies zarapito de pico recto y zarapito común, ambas aves migratorias de reproducción neártica, que luego de su periodo reproductivo en Norteamérica migran largas distancias para descansar y alimentarse en la época post reproductiva en Sudamérica, congregándose en sitios como los humedales del sur del país. El hábitat utilizado durante su periodo no reproductivo en Chile consiste principalmente en humedales costeros como lagunas, estuarios con aguas poco profundas, planicies mareales, marismas y también líneas de costa, donde buscan sustratos blandos; con menor frecuencia también pueden habitar lagunas de aguas residuales, lagos interiores y pastizales. En la región de Los Lagos una serie de sitios cumplen estas características, por ello reciben importantes porcentajes de las poblaciones de zarapitos y son utilizados por los mismos como sitios para alimentarse y descansar.
Este verano la Zarapitón se desarrolló por tercer año consecutivo, con el objetivo de contribuir a una mejor estimación de la población de estas aves. A diferencia de los años anteriores, en esta ocasión se abordó un mayor número de sitios de la región de Los Lagos, siendo un total de 32, la mayor parte de ellos ubicados en el Archipiélago de Chiloé y en el área continental adyacente, como el Seno de Reloncaví, Maullín y Calbuco, que tienen áreas costeras intermareales planas con entradas de agua dulce, arena o barro y cantidades variables de algas e invertebrados.
En esta oportunidad fueron 35 los voluntarios y voluntarias que hicieron posible este censo, desplegándose en distintos rincones de la zona costera de la región de Los Lagos para levantar nueva información sobre estas especies. Extendemos nuestros profundos agradecimientos y esperamos seguir acompañando censos venideros que permitan precisar información para contribuir en decisiones de conservación.
