Por Nicole Arcaya.
Primero, a las 9:30 AM nos reunimos 16 personas de todas las edades y con distintos niveles de conocimiento sobre aves, tras mucho tiempo de planificación entre la ROC y la Red Ambiental Cuencas del Reloncaví. El lugar de reunión fue la plaza de Cochamó, lugar en el que fuimos recibidos por el presidente de la junta de vecinos Richard Chávez.
Esta mañana de pajareo estaba muy neblinosa, por lo que comenzamos identificando vocalizaciones de diucas y chincoles. Avanzamos por el borde costero de esta localidad para observar un nido de queltehues, que nos sirvió para hablar sobre de lo desapercibidos que pasan los nidos de las aves playeras y los impactos de los perros en los nidos de aves y sus polluelos. También observamos a un jote de cabeza negra alimentándose de un yeco, que nos permitió conocer y apreciar la función ecológica de las aves carroñeras.
El punto álgido de la jornada fue cuando Angelo de 10 años uno de los participantes del pajareo, observó un chuncho austral frente a Carabineros. El grupo se emocionó muchísimo, ya que -para muchos- era el primer encuentro con este pequeño, pero voraz rapaz.
Para cerrar la actividad hicimos un repaso por la diversidad de aves que observamos durante la jornada y hablamos sobre la importancia de reconocer y valorar a las especies con las que cohabitamos en nuestros territorios. Además recibimos las palabras de agradecimiento de Nicole Díaz de la Red Ambiental Cuencas del Reloncaví por el trabajo de educación y sensibilización ambiental realizado.
En resumen, logramos registrar un total de 31 especies que pueden conocer en este listado.
Posteriormente, a eso de las 15 horas, otro grupo que incluyó a familias, aficionados a la observación de aves y voluntarios y voluntarias de la ROC conformó una bandada de 26 personas para recorrer el humedal marino de Coihuín y Chamiza, hogar de decenas de especies de aves playeras residentes como el pilpilén común y migratorias como el zarapito común y el zarapito de pico recto.
El grupo de entusiastas pajareros tenía interés por aprender de playeras, observarlas y reconocerlas. Comenzamos el recorrido reconociendo al queltehue o tero, del cual muchos desconocen su condición de ave playera, para luego observar a un par de pitotoy grande que sobrevolaron el área.
Aprovechando que la marea estaba baja recorrimos bastantes zonas del humedal en búsqueda de zarapitos y pilpilenes, objetivo principal de uno de los más pequeños asistentes a la jornada, que soñaba con conocer a estos ostreros.
El recorrido fue acompañado constantemente por la vocalización de otro habitante de este humedal, el bailarín chico, que fue parte de la banda sonora de la caminata que nos llevó hasta el borde de la marea, en donde comenzamos a avistar a zarapitos comunes, queltehues y una buena diversidad de aves acuáticas que se alimentaban tranquilamente en el lugar.
Tras largo rato y varios kilómetros de caminata los pilpilenes no daban señales de presencia, sin embargo, en el camino de regreso su característica vocalización delató a 3 pilpilenes que volaban sobre el humedal, posandose a algunos cientos de metros del grupo, desatando la felicidad de los pajareros y sobre todo del pequeño que soñaba con estas carismáticas aves.
La felicidad se incrementó al momento de regresar al punto de inicio, puesto que nuestra amiga “Dunita” nos esperaba para felicitarnos por las 14 especies observadas y tomarse una foto con el equipo playero.
Cómo ROC Los Lagos estamos orgullosos/as de cuántas personas somos capaces de unirnos en torno a las aves en un lugar tan increíble como lo es el Estuario y Seno del Reloncaví.
¡Nos vemos en la próxima jornada!
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