La invitación consistió en la entrega de recomendaciones a los pescadores para salvaguardar la biodiversidad del borde costero del Sitio Ramsar Las Salinas de Huentelauquén, junto con presentar un stand con las actividades de la ROC en este humedal y desarrollar una visita guiada a la desembocadura del río Choapa.
En dicho marco, los socios ROC locales pudieron compartir con niños y adultos de la comunidad y también los visitantes, realizando una observación de aves centrada en dos representantes de las aves del complejo de humedales de Huentelauquén. El primer foco de atención, lo constituyó la conspicua población local de Cisne Coscoroba, que por estas fechas supera los 50 ejemplares, con varias parejas ya conformadas. El establecimiento de esta ave acuática es la desembocadura del río Choapa, es uno de los principales logros de su designación como Área de Prohibición de Caza en 2011, a solicitud de la comunidad. Según los datos recopilados en eBird, los mayores conteos para la especie en la región de Coquimbo, se dan en este humedal estuarino.
Seguidamente, la conversación con los asistentes fluyó en torno al significado e implicancias de la figura de Sitio Ramsar que poseen más de 2.700 hectáreas de la comunidad, en el contexto de la red de sitios protegidos a lo largo de la ruta del Pacífico. Para reforzar esta idea, la segunda parte de la observación se centró en reconocer al zarapito como representante de las aves migratorias de grandes distancias. Aquello se logró, gracias a que mientras se realizaba el recorrido, dos bandadas de dicha ave playera arribaron a la desembocadura del río Choapa en una espectacular vista que permitió materializar los conceptos sobre la migración compartidos con los asistentes y relevar el reciente ingreso de Las Salinas de Huentelauquén a la Red Hemisférica de Reservas para Aves Playeras.
Tras dedicar tiempo a la contemplación de la floración primaveral de las dunas, se cerró el recorrido a orillas del cauce del río, invitando a los participantes de la excursión a realizar siete minutos de silencio y conexión con la naturaleza. Este momento resultó muy significativo para los asistentes. Los adultos residentes de la zona, recordaron vivencias asociadas a la recolección de sal y siembras que antaño eran parte relevante de la vida de la comunidad. Los más jóvenes, realizaron preguntas sobre los cantos de las aves que forman parte del paisaje sonoro del río y sobre fenómenos asociados a las formas de vida que pudieron observar en silencio. Pudimos con esto establecer un diálogo intergeneracional fundado en vivencias y curiosidad.
Finalmente, esta actividad sirvió para seguir estrechando lazos con la directiva de la Comunidad Agrícola de Huentelauquén, vecinos y demás habitantes de este rincón costero de Choapa, aspecto clave del trabajo que como ROC desarrollamos en la zona.
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