El sábado 20 de agosto las Salidas de Iniciación ROC nos llevaron una vez más al Cerro San Cristóbal, en una visita invernal que convocó a 20 asistentes.
Nuestro recorrido comenzó, como es habitual, en la entrada del sector Pedro de Valdivia, donde luego de unas palabras de bienvenida y los gritos de las cotorras a los pies del cerro, comenzamos nuestro ascenso. No avanzamos demasiado hasta que llegamos a un sector de restauración ecológica, donde uno de los guías de las salidas, Juan Salazar, nos comentaba que el lugar era excelente para que hubiera chunchos. Dicho y hecho, uno de los participantes tuvo el buen ojo para encontrar un pequeño chuncho posado en un árbol. ¡Y sí que estuvo genial cuando casi todos los asistentes levantaron la mano diciendo que era el primer chuncho que veían en sus vidas!
En el Jardín Mapulemu pudimos ver de cerca un tijeral, además de dos visitantes invernales en la zona central: picaflores discutiendo por flores de aloe y una viudita con su característica vocalización buscando bichitos en un árbol. El lugar estaba bastante lleno de gente, varios paseando a sus perros sin correa, lo que nos impidió ver algunas especies que se alimentan en el pasto, aunque una loica apareció para lucirse un momento.
Por primera vez, de manera afortunada, la confluencia de personas en el lugar nos animó a caminar un poco más hacia un lugar que nunca habíamos visitado, acercándonos hacia el Mirador Pablo Neruda, donde avanzamos poco a poco para poder apreciar el contraste de la ladera de exposición norte del cerro. ¡Sí que fue una buena decisión! Nos encontramos con carpinteritos picoteando viejos troncos, peucos (¡seis peucos!) aprovechando el aire caliente para ganar altura y también un bello aguilucho común que se posó sobre nosotros en un árbol, dejando ver su plumaje a los asistentes. A lo lejos pudimos escuchar dos especies que nunca habíamos registrado en nuestras salidas: una turca y un canastero chileno. Dos especies endémicas, que habitan en la zona central del país, y la ladera norte del Cerro San Cristóbal presenta el hábitat apropiado para ellas.
Observar la ladera norte, a pesar de no avanzar mucho, nos trajo varias sorpresas que alegraron la salida. Además de otorgarnos la salida con mayor diversidad de aves entre las 20 salidas de iniciación que hemos hecho: ¡26 especies! Todo un récord, que será difícil de romper. Así que no hay que dejarse llevar con que el invierno es la peor época para pajarear, ¡siempre hay sorpresas para quien tenga los ojos abiertos y oídos atentos a la naturaleza!
Esperamos que más personas se puedan sumar a las próximas salidas y se animen a aprender junto a nosotros.
¡Hasta la próxima!
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