En esta columna Bianca Guggiana y Eduardo Opazo, socios de la ROC Atacama, nos comparten algunas reflexiones sobre cómo a través de la ROC han impulsado un conjunto de procesos locales en torno a las aves.
Después de un par de años como parte de la ROC, muchas de las aristas mencionadas en las columnas anteriores nos hacen un tremendo sentido y podemos verlas reflejadas en nuestra experiencia como socios locales en Atacama. Quizás estas ideas no son tan explícitas en primera instancia, pero cuando ya se tiene un poco de camino recorrido se logra visualizar la esencia de este proyecto colectivo llamado ROC.
A partir del trabajo realizado y desde nuestra visión personal, en Atacama urge combatir la indiferencia, la desvaloración y algunas percepciones erradas con relación al desierto. Conocemos muy bien que las causas de ello nacen del contexto ambiental, social y económico que se vive acá, haciendo que la protección del medio ambiente no sea una prioridad para el grueso de la población, panorama mucho más acentuado incluso que en el resto del país.
Desde nuestro pequeño grupo que autodenominamos ROC Atacama tratamos de aportar nuestro granito de arena para revertir esta situación, amalgamando el espíritu de la ROC con los intereses y el enfoque local. Gracias a la colaboración y a la cohesión lograda hemos podido retomar el Censo Neotropical de Aves Acuáticas (CNAA), programa que era realizado por socios de Santiago o Coquimbo y que por razones logísticas obvias era discontinuo en el tiempo. También afloraron otras actividades como las famosas salidas de iniciación, talleres de observación aves, ferias ambientales, el trabajo en colegios, un mapeo exhaustivo de la zona e iniciativas de cooperación con municipios y otras organizaciones.
Analizando la situación nos dimos cuenta de que hay varios factores que propiciaron este contexto. Por supuesto que la motivación, el compromiso personal y la cooperación a nivel local fueron imprescindibles para ello, pero reconocemos enormemente la importancia de la ROC como ente orientador desde el primer minuto.
La ROC promovió nuestra independencia, el empoderamiento personal y grupal para eliminar de nuestro subconsciente la necesidad de esperar órdenes antes de realizar cualquier cosa y empezar a proponer en vez de disponer. No obstante, también obtuvimos consejos que aterrizaron nuestras ideas y mantuvieron nuestros pies en la tierra para optar a objetivos que fuesen viables. Adicionalmente, en el trascurso de todos estos años se nos ha brindado capacitación teórica y de terreno, ya sea para implementar metodologías, impulsar iniciativas o simplemente para aprender más sobre aves; todo esto en medio de un ambiente de gran calidad humana. Como grupo vemos con optimismo el futuro, con ganas de seguir con lo que hemos realizado hasta ahora y con ganas de avanzar aún más.
La ROC es una ventana abierta para cualquiera que desee aportar, sin importar los medios, la edad, experiencia o lugar de residencia; siempre te puedes sumar a alguna iniciativa o bien iniciar alguna. En la ROC cada uno es libre, puedes dedicarle el tiempo que desees y puedes aportar desde cualquier área, situación que te lleva a ser parte de una gran red multidisciplinaria que te concientiza acerca de las distintas problemáticas ambientales existentes a nivel nacional o local y de la cual se puede sacar un montón de aprendizaje.
De manera general, la ROC es un medio donde puedes canalizar toda tu energía y motivación y complementarla con otras personas que sienten lo mismo para finalmente alcanzar objetivos en común. En Atacama nos pasó así, todos compartimos las mismas ganas y nos complementamos, cada uno aportando desde su experiencia y profesión. La cohesión, el compañerismo y la confianza son imperantes dentro de esta organización, para nosotros en un sello que se debe mantener y lo resaltamos con cada nuevo socio atacameño.
Es motivante ver como en diferentes partes del país se ven creando nodos de trabajo que buscan la protección y conservación de sitios y especies, cada grupo con diferentes matices y una identidad propia. En muchas ocasiones nacen cosas increíbles donde aparentemente no había nada, solo basta a veces un poquito de atrevimiento y confianza, justamente lo que la ROC promueve y potencia. Esperamos con esta columna dar a conocer el espíritu y la esencia de esta organización y además poder motivar a cualquiera que tenga ganas de aportar; ojalá nuestras palabras sean la lluvia que hace florecer el desierto, así como sucede acá en Atacama por estos días.
Bianca Guggiana y Eduardo Opazo
Socios ROC en Atacama
