Censo invernal de aves en humedales urbanos de Llanquihue

Los censos urbanos de la comuna de Llanquihue tienen su origen en una iniciativa de la Fundación Legado Chile, que buscan evaluar el impacto que los proyectos de reforestación e instalación de infraestructura en distintos humedales urbanos de la comuna de Llanquihue, han tenido sobre la diversidad y abundancia de aves.

Nuestra organización aporta desde la génesis de la idea, promoviendo el uso de eBird para la compilación de la información recabada y con socios y socias que voluntariamente entregan sus conocimientos sobre las aves, sus marcas de campo y el cómo contarlas a los participantes de los censos.

Desde enero de 2020 que esta actividad se repite tanto en invierno como en verano, y el pasado mes de julio no fue la excepción. Los humedales de Las Ranas, El Loto, El Baquedano, Los Helechos, el Pantano Teodosio Sarao, el Rio Maullin en la desembocadura del Llanquihue y la Playa los Cisnes, fueron parte del conjunto de humedales que se censaron y que albergan una importante diversidad de aves migratorias y residentes en medio del ajetreo llanquihuano.

La versión invernal 2022 de estos censos fue la primera convocatoria abierta después de la pandemia, por lo que alrededor de 40 observadores de aves, con distintos niveles de conocimiento, fueron parte de la iniciativa. En ese escenario, el grupo se dividió en tres equipos liderados por Daniel Terán, César Maldonado y Nicole Arcaya. Los censos efectuados durante la mañana y la tarde del 23 de julio arrojaron un total de 43 especies de aves, incluyendo algunas que no habian sido registradas anteriormente, como el cometocino patagónico, la cachaña y el churrete chico.

Mantener estas iniciativas nos permite, a pesar de los conflictos de uso de los espacios públicos, entender las dinámicas poblacionales de las especies; cuales se van, cuales llegan, cuales se reproducen, qué áreas usan para alimentarse y a que amenazas están sometidas las aves en contextos naturaleza-ciudad.

Agradecemos a los voluntarios por su tiempo y su buena onda, ya que para muchos fue la primera experiencia observando aves. A su vez, esperamos que Teo de 6 años, nunca olvide su primera garza cuca, que Francisco junto a sus amigos se emocionen siempre que recuerden haber reconocido 4 tipos de garzas en el Maullín y que César recuerde estos censos como su regreso a la observación de aves tras el nacimiento de su pequeño hijo luciano.

¡Esperamos vuelvan a Llanquihue con ojos más agudos y nos acompañen en la cruzada de proteger el hábitat de tantas especies de aves!