Estimados(as) Socios y Socias de la ROC. Queremos continuar con nuestro ciclo de discusión, comentarios y flujo de ideas, en vista de la asamblea de socios que proyectamos para el segundo semestre de 2022. Resulta de vital interés poder contar con la mayor participación considerando desafíos tales como la elección de un nuevo directorio, revisión de nuestros estatutos y por sobre todo, renovar el espíritu de bandada que ha fortalecido a nuestra institución. En esta oportunidad, nuestro director César Piñones nos comparte una segunda invitación a construir la ROC, en la siguiente columna dirigida a todos los socios y socias repartidas por nuestro país y el mundo.
De manera frecuente se repite esta pregunta: ¿Cómo puedo ser socio o socia de la ROC? Las redes sociales pero sobre todo el trabajo en terreno de nuestra institución, han contribuido a que nuestra organización crezca, se desarrollé y avance en su validación tanto a nivel de políticas públicas y especialmente entre los observadores y observadoras de aves. Aquello, lo sintetizó nuestro presidente Rodrigo Barros oportunamente en la anterior columna, proyectando adicionalmente nuevos horizontes; algunos más próximos como la asamblea del segundo semestre y otros de más de largo plazo, como la conservación de la biodiversidad de Chile desde la participación ciudadana, cuestión no ajena a tensiones y desafíos.
Personalmente, participó desde el 2009 en la ROC, en lo que fue en su minuto un incipiente proyecto desde Huentelauquén en el Valle de Choapa. Ideas fuerza como la democratización del conocimiento, el trabajo desde y para repensar ambientalmente los territorios y la educación participativa y colaborativa, tuvieron en dicha época y tienen hoy en la ROC una plataforma de desarrollo enorme, particularmente cuando desde la periferia o desde las singularidades socioambientales locales, nos preguntamos por la contribución que podemos realizar.
Centro esta columna en dichos términos, dado que las serias amenazas que enfrentan los ecosistemas de Chile y el mundo, requerirían como primer ejercicio (entre otras cosas), ponderar el tránsito entre varios modos de entender nuestra participación en una ONG como la ROC. A modo de propuesta, el camino podría devenir primero con el informarse sobre el quehacer institucional y hacer dialogar dicho accionar con nuestros intereses e inquietudes. Seguidamente podríamos evaluar participar en las actividades y proyectos que contamos (muchos actualmente), dando un relato de pertinencia local a dichas instancias. Posteriormente, el involucrarse como socio activo en el accionar de la ROC, no sólo permitirá hacer crecer a nuestra institución, sino que también le dará una nutritiva diversidad cultural, que a mi juicio es sana y permite dar continuidad a todo proyecto colectivo. Finalmente, el comprometerse con la ROC, iría de la mano de la creación. Dar vida a nuevos proyectos, sumar a más personas y por sobretodo, participar de la construcción del rumbo institucional, siendo parte de las decisiones de la asamblea de socios y audazmente postularse al directorio de la ROC.
Aclaro este último punto. Ser miembro del directorio de la ROC como me ha tocado ser durante estos años, requiere de audacia, no porque se necesite (obligatoriamente) ser un ornitólogo consumado o un especialista en ecología con muchos postgrados, como podría pensarse. Con audacia me refiero a ser generosos, sobretodo en un mundo que propicia lo contrario; el individualismo. Ser parte del directorio requiere generosidad para aprender de los que tienen más experiencia dentro de dicho espacio y generosidad para argumentar, discutir, consensuar y diferir. Se requiere esa misma generosidad para entregarse por el bien común, dedicando tiempo e ideas a un trabajo silencioso y de mediano aliento.
Se hace camino al andar dentro del directorio de la ROC. Para mí ha sido una escuela y sin duda los que vendrán, muchos ojalá leyendo esta columna, disfrutaran de aprender en un espacio horizontal y rico en desafíos. Los esperamos entonces en nuestra próxima asamblea y especialmente queremos tener noticias de todos y todas ustedes, construyendo desde sus territorios la ROC de las próximas décadas; una más abierta, generosa, ética y comprometida con la protección de las aves y la naturaleza de Chile. ¡En definitiva, una más diversa y comprometida bandada!
