Juan participó de la creación de Aves Chile (ex Unión de Ornitólogos de Chile), formando a centenas de observadores de aves, quienes pasaron por los cursos de identificación de aves de Chile que realizaba con mucho cariño. En su labor educativa, también generó la guía de identificación “Aves de Santiago”, con la que muchos de los observadores aprendimos por primera vez a identificar las aves de nuestro entorno.
Juan aportó directamente al conocimiento de nuestras aves, escribió decenas de artículos científicos y notas sobre la historia natural de las especies chilenas, incluyendo información novedosa para aves aún poco conocidas como el chorlo de la puna, el pájaro amarillo, el chorlo cabezón y la golondrina parda. También realizó monitoreos periódicos en varios sitios a lo largo de Chile, describiendo gracias a ello su importancia para la conservación de algunas especies como Calbuco para el zarapito de pico recto, del Tranque San Rafael y de las islas Desventuradas.
Además, participó de varios proyectos de nuestra organización, incluyendo la elaboración de la ficha del Vencejo Chico para el Atlas de las Aves Nidificantes de Chile y recientemente colaboró en la actualización de la ficha del petrel de Masatierra para la plataforma Birds of the World, que se publicará durante este año.
Pero Juan no solo se quedó en la trinchera científica y educativa. También participó directamente en proyectos de conservación, elaborando y luego ejecutando el proyecto “Picaflor de Arica”, liderado por Aves Chile. Lamentablemente, esto lo hizo testigo del debacle de esta especie, pero también participó generando las ideas que eventualmente permitirán su recuperación, si se generan las alianzas necesarias en el mundo público y privado.
En sus últimos años, Juan colaboró subiendo información a la plataforma eBird, incluyendo registros de sus antiguas expediciones a lo largo de todo Chile, para 381 especies de aves. Gracias a Juan, tenemos datos en esta plataforma para sitios remotos del altiplano y las islas Desventuradas. Juan aportó con numerosos registros importantes, como una de las primeras observaciones de becacina chica en Chile y los primeros registros de estornino pinto para el país. También realizó observaciones en casi toda Sudamérica, especialmente en Argentina y Colombia.
Estos son días tristes para la comunidad naturalista. Queremos extender un cariñoso saludo a nuestros colegas de Aves Chile y todos quienes lo conocieron y aprendieron de él, que nos quedamos aquí, con el vacío que deja Juan. No podemos hacer otra cosa que seguir trabajando para conocer mejor y conservar las aves que Juan tanto disfrutaba. Es lo que él nos convidaría a hacer, día a día.
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