La ley de Humedales Urbanos nace para entregar protección a ecosistemas que, hasta ahora, carecían de normas para su regulación y conservación a nivel nacional. Pese a que algunos pocos humedales urbanos cuentan con una designación de protección oficial, o algunas municipalidades han desarrollado ordenanzas orientadas a su protección, la gran mayoría de estos sitios presentan actualmente una gran vulnerabilidad frente a amenazas de diverso tipo.
En la Ley y su reglamento, se incorporan definiciones claves como humedal y humedal urbano, las cuales no existían en ningún reglamento del país. Además, les otorga importancia medioambiental a estos ecosistemas, incluyéndolos en los instrumentos de planificación urbana y definiendo que los proyectos que ahora busquen ubicarse en estos sitios, deberán someterse al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental.
Un extenso proceso
El camino para que la ley de Humedales Urbanos sea una realidad ha sido largo. Comenzó el 2017, cuando los vecinos del sector Parque Krahmer, en la región de Los Ríos, se mostraron preocupados frente a un proyecto inmobiliario que amenazaba el humedal. Posteriormente, congresistas y representantes de dicha región impulsaron este proyecto de ley, ingresando ese mismo año a tramitación. Luego de cinco trámites constitucionales, el pasado 23 de enero se publicó en el Diario Oficial la anhelada Ley Nº21.202. Sin embargo, esto no marcaba su final, ya que aún era necesario elaborar su Reglamento, para lo cual se dio un plazo de seis meses.
Fue así como comenzó un proceso que duró un poco más de cuatro meses y que tuvo como encargado al Ministerio del Medio Ambiente institución que a través del proyecto GEF Humedales Costeros, y un equipo multidisciplinario de expertos como el Centro de Humedales del río Cruces de la Universidad Austral de Chile (CEHUM), el Centro de Derecho y Gestión del Agua de la Pontificia Universidad Católica de Chile y la consultora Geoadaptive, definieron los criterios de sustentabilidad para los humedales y elaboraron el reglamento para la ley de humedales urbanos. Además, involucró consultas ciudadanas y la participación de más de 1.000 personas de distintos sectores: profesionales, investigadores, organizaciones y empresas de todo el país, que validaron este trabajo, evidenciando así el carácter de “ley ciudadana” de esta normativa.
#QueremosReglamento
Lamentablemente, a pesar de haberse cumplido el plazo dictado, el Consejo de Ministros para la Sustentabilidad decidió postergar la votación del reglamento debido a una serie de observaciones. En respuesta, alrededor de 80 personas, organizaciones, autoridades y dirigentes emplazaron al Consejo a considerar la imperante necesidad de avanzar en el proceso de la ley, mediante la firma de una carta y la divulgación por redes sociales utilizando el hashtag #QueremosReglamento.
Aprobación del Reglamento
Finalmente, el jueves 30 de julio el Consejo aprobó el Reglamento, faltando así cada vez menos para la entrada en vigencia de esta ley. En este, se entregan lineamientos técnicos para la sustentabilidad de los humedales urbanos, promoviendo el uso racional de estos ecosistemas manteniendo sus características ecológicas e hidrológicas, funcionando además como una guía para los municipios en sus elaboraciones de ordenanzas para la protección de estos humedales, y entregando guías técnicas de apoyo a la implementación efectiva de los criterios.
¿Qué falta?
Para que esta ley pueda entrar en vigencia debe ser firmado por el Presidente de la República, y posteriormente tomado de razón por la Contraloría General de la República, para luego ser publicado en el Diario Oficial, permitiendo así implementar de manera efectiva la Ley de Humedales Urbanos en su totalidad.
Pero quizás el mayor desafío que viene es aprovechar las herramientas que provee esta Ley. El reglamento establece procedimientos claros para el reconocimiento de los humedales urbanos, proceso clave para identificar y delimitar los sitios que serán objeto de una gestión sustentable; y requiere que las municipalidades desarrollen ordenanzas la protección, conservación y preservación de los humedales urbanos. Resulta fundamental que estos procesos se realicen con una participación activa de los diferentes actores interesados por la conservación de estos ecosistemas.
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