En el marco del proyecto Connecting the dots, de New Jersey Audubon Society, el profesional ROC y miembro del Programa de Aves Acuáticas y Humedales, Franco Villalobos, se encuentra realizando un intensivo entrenamiento de técnicas de captura, anillamiento y toma de muestras de aves playeras en Bahía Delaware, en el estado de Nueva Jersey, Estados Unidos. Allí, junto a profesionales y voluntarios de Estados Unidos, México, Nicaragua, Brasil y Argentina, realiza diversas labores colaborando en actividades para monitorear la salud y tendencias poblacionales de aves playeras, y adquirir conocimientos y herramientas para contribuir en los desafíos que enfrenta este amenazado grupo de aves.
La especie objetivo de las jornadas de captura y anillamiento es el playero semipalmado (Calidris pusilla). No obstante, durante las labores el equipo también asiste y evalúa a individuos de otras especies de aves playeras, como playero enano (Calidris minutilla) y chorlo semipalmado (Charadrius semipalmatus), entre otras.
David Mizrahi es el líder del proyecto “Connecting the dots”, y es quien transmite a Franco y al equipo la pasión y los conocimientos sobre estos increíbles seres.
Las técnicas empleadas para las capturas de aves son redes niebla y whoosh-net, las cuales son aplicadas en sitios como East Point, Fortescue, Money Island y Heislerville Wildlife Management Area, todos ubicados en el Cabo May de la Bahía de Delaware.
El programa “Conecting the dots” es una iniciativa de New Jersey Audubon Society, a través de la cual desde el año 2005 se invita a biólogos/as y profesionales afines de Latinoamérica para fortalecer sus capacidades en técnicas de estudio y manipulación de aves playeras.
Asimismo, Manomet, a través de la Oficina Ejecutiva de la Red Hemisférica de Reservas para Aves Playeras (RHRAP), apoya estos intercambios con el objetivo de ampliar las capacidades de sus socias y socios en el continente y promover vínculos que contribuyan a fortalecer las redes de los corredores migratorios de aves del Pacífico y del Atlántico de América del Norte. Esto, en el contexto también de iniciativas de equidad y justicia, que buscan brindar oportunidades a jóvenes latinoamericanos para mejorar sus conocimientos y habilidades en materias de conservación biológica y aves playeras.
En esta ocasión, el propósito del entrenamiento de Franco es incrementar las capacidades de socios de la red como la ROC, que es una ONG activa en el levantamiento de datos sobre aves playeras, que aporta en la sistematización de antecedentes para la designación de sitios RHRAP en Chile y desarrolla numerosos proyectos de conservación en ellos.
La Bahía de Delaware es uno de los sitios más importantes para las aves playeras que viajan entre Sudamérica y el Ártico. En él se congregan anualmente alrededor de 250.000 aves playeras durante la temporada de migración hacia el norte.
Particularmente en mayo, miles de aves playeras se detienen en la bahía para descansar y reabastecerse de energía, alimentándose principalmente de huevos de “cangrejo herradura” antes de continuar sus largos viajes al Ártico y a otras zonas boreales para anidar.
La Bahía de Delaware se convirtió en el primer sitio de la Red Hemisférica de Reservas para Aves Playeras en 1986. Desde 1997, los biólogos de la zona llevan a cabo una amplia investigación sobre aves playeras en el sitio, para conocer más sobre este grupo de aves y orientar acciones de conservación. Como en muchos otros lugares, es un sitio en el que la participación de la comunidad es un componente fundamental de los esfuerzos de conservación. Allí, las iniciativas incluyen la educación ambiental, vigilancia y señalización de playas, actividades de voluntariado y de ciencia ciudadana y turismo de naturaleza.
Las aves conectan nuestro mundo. Los esfuerzos de conservación de aves playeras migratorias no serían suficientes si se desarrollaran en un único lugar o en sitios aislados, ya que es necesario proteger sus hábitats durante los ciclos de vida completos, es decir, a lo largo de sus rutas migratorias en zonas de invernada, de descanso temporal y de reproducción. Por eso, el monitoreo de aves playeras es una responsabilidad conjunta de diferentes países y conecta a colaboradores de todo el continente para conocer mejor sus tendencias poblacionales y necesidades de conservación. Esto, sin dudas, representa múltiples desafíos y oportunidades en las proyecciones del trabajo de la ROC.
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